jueves, 1 de diciembre de 2011

Mirando de cerca la vacuna que "curará el 90% de los cánceres"

Figura 1: Célula del sistema inmune 

atacando bacteria
Hace unos días me llegaron a través de las redes sociales ciertas informaciones sobre una vacuna milagrosa que iba a curar el 90% de los cánceres y que “podría ser el arma más eficaz hasta la fecha para tratar el cáncer”. En fin, me vais a disculpar, pero cada vez que leo algo así mi sistema de alarma se dispara, y más cuando la información se basa en declaraciones que vienen de una empresa farmacéutica. La vacuna en cuestión se llama ImMucin y ha sido desarrollada por la empresa israelí Vaxil BioTherapeutics

Cuando miré las fuentes que citaban en el artículo, me sorprendí. Estos otros dos artículos eran más extensos y explicaban un poco más esta información incluyendo unas declaraciones del investigador responsable del proyecto pero no citaban resultados científicos. Además se han escrito muchas cosas sobre este tema últimamente pero ninguna ha analizado los resultados científicos publicados hasta el momento. Así que vamos a ver porqué todavía no podemos decir que esta vacuna podrá tratar el 90% de los cánceres, aunque ya hay ciertos resultados que parecen prometedores. 

Cuando pensamos en una vacuna, pensamos en algo que se da a una persona para protegerla frente a una infección por un microorganismo (bacteria o virus). En este caso no se trata de una vacuna en el sentido tradicional, sino de una vacuna terapéutica que funciona como un medicamento para tratar una enfermedad. Sin embargo, el mecanismo de acción en el que se basa es el mismo que utilizan las vacunas que podríamos llamar tradicionales: provoca y/o aumenta una respuesta inmune adaptativa. En el caso de las vacunas tradicionales esta respuesta inmune es contra un microorganismo para preparar al cuerpo con defensas en caso de que este microorganismo entre en el organismo. Sirve como prevención. Por el contrario, con el ImMucin, y otras vacunas similares, lo que se pretende es generar una respuesta inmune contra las células cancerígenas que ya existen en el cuerpo. 

Figura 2: Proteína MUC1.
Fuente: von Mensdorff-Pouilly et al., 2011
El ImMucin es un trozo de proteína sintético que tiene pequeños trocitos de la proteína MUC1 pegados unos a otros. Estos trozos son partes de la proteína que se encuentran visibles en la variante que existe en células cancerígenas, ya que la proteína MUC1 de células normales es diferente de la presente en células cancerígenas, además de que en estas últimas existe una mayor cantidad de MUC1 que en las células normales. Este aumento en la cantidad de MUC1 en células cancerígenas ocurre en un 80-90% de los cánceres y eso es lo que hace de MUC1 una diana terapéutica muy atractiva. De hecho, ya existen muchos estudios e incluso ensayos clínicos con vacunas que reconocen diferentes trozos de esta proteína (aquí podéis ver algunos ejemplos). 

En los artículos publicados en internet a los que hago referencia más arriba se dice que se están llevando a cabo ensayos clínicos (para probar el efecto que tiene el medicamento en humanos) en fase I/II (en fase I se estudia la posible toxicidad del medicamento en voluntarios sanos y en fase II se estudia cómo responden al medicamento personas con la enfermedad) y en fase III (en estos se probaría que el fármaco es mejor para la enfermedad para la que se está probando que los tratamientos que ya existen). Esto sí que me dejó perpleja, porque además en la web del medicamento también dicen que se está estudiando en ensayos clínicos en pacientes con mieloma múltiple (un tipo específico de cáncer). Aquí os dejo el video que habla de todas las propiedades fantásticas del ImMucin hecho por la compañía que lo está desarrollando por supuesto. 


Así que busqué los artículos científicos que hay publicados sobre el ImMucin. Encontré uno. Y este artículo lo que describe son los estudios realizados en células cancerígenas humanas en cultivo y en ratones a los que se les inyectaron células cancerígenas para que formaran tumores. Es un artículo publicado en junio de este año y la única referencia a ensayos clínicos se encuentra en su última frase: “ Los perfiles de seguridad y eficacia de MUC1-SP-L (ImMucin) están siendo evaluados en estos momentos en pacientes con cáncer”. Esto sugiere que se están llevando a cabo ensayos clínicos de fase I/ II, pero no existen datos sobre los resultados. 

Figura 3: Esquema simplificado de la respuesta inmune
que produce una vacuna terapéutica.
Fuente: Mellstedt et al. 2011
También hay que decir que los resultados que han obtenido en células cancerígenas en cultivo son bastante buenos. Estos investigadores hicieron una predicción por ordenador de los trozos de MUC1 que tenían más probabilidad de poder unirse a las proteínas presentadoras de antígenos más comunes que tienen ciertas células del sistema inmunitario (células presentadoras de antígenos, APC) y que están presentes en una gran mayoría de la población. Estas células son las que ven las proteínas que son extrañas al cuerpo (de bacterias o virus) o que se encuentran en células que tienen algún problema y tienen que ser eliminadas (como las células de cáncer), y se las presentan a los linfocitos que, una vez activados, desencadenarán una respuesta inmunitaria que atacará a esos microorganismos o a las células que tienen que ser eliminadas, produciendo su muerte por medio de diferentes mecanismos. Cuantos más mecanismos dispare una vacuna más fuerte será el efecto que tenga. 

Cuando pusieron en contacto linfocitos aislados de 13 donantes sanos con el ImMucin y otras vacunas ya descritas contra MUC1, ImMucin provocó la activación de los linfocitos en el 100% de los casos (las otras vacunas produjeron una activación de los linfocitos solo en el 40-60% de los casos). Además cuando repitieron el experimento con linfocitos aislados de 9 pacientes con cánceres que expresaban altas cantidades de MUC1, la activación de dichos linfocitos con ImMucin se produjo en el 90% de los casos (con el resto solo se vio activación de los linfocitos en el 20-50% de los casos). Después, cuando inyectaron estas vacunas en ratones (a los que también se les inyectó células cancerígenas), junto a una sustancia que ayuda a la estimulación del sistema inmunitario (GM-CSF), el ImMucin produjo una supervivencia de los ratones muchísimo mejor que la otra vacuna que utilizaron en el experimento para comparar. Aunque curiosamente los ratones a los que solo se les inyectó la sustancia estimulante también tuvieron una supervivencia bastante buena. 
Figura 4: Supervivencia de ratones con tumores tratados con ImMucin – MUC1-SP-L – u otra vacuna contra MUC1 – MUC1-TRA-L – junto con un factor estimulante de la respuesta inmunitaria o solo con este factor – GM-CSF – . Fuente: Kovjazin et al., 2011
Si juntamos estos resultados con el hecho de que el 80-90% de los cánceres tienen una mayor cantidad de MUC1, tenemos los titulares que he mencionado al principio de este artículo. Sin embargo, aunque los resultados en células en cultivo y en ratones son bastante buenos, todavía no podemos afirmar que esta vacuna servirá para tratar todos esos cánceres. En el cuerpo humano, las células cancerígenas no están aisladas, sino que están rodeadas de otras células a las que modifican y que a su vez modifican también el comportamiento de las mismas células cancerígenas. Por otra parte, las células cancerígenas tienen formas de escapar al sistema inmunitario y a la muerte celular que este produce en ellas, siendo éste un problema bastante importante de ciertos tratamientos. 

Hasta que no tengamos los resultados de los ensayos clínicos que la empresa dice que está llevando a cabo no podremos saber si esta vacuna puede ser de verdad un arma eficaz contra algún tipo de cáncer. En el camino del descubrimiento de un nuevo medicamento para tratar diferentes tipos de cáncer todos los pasos (estudios en células en cultivo, estudios en modelos animales, ensayos clínicos de fase I/II/III/IV) son importantes y necesarios pero requieren su tiempo. No adelantemos resultados que pueden no llegar nunca. 

Artículo publicado originalmente en Hablando de Ciencia
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Referencias:

Kovjazin R, Volovitz I, Kundel Y, Rosenbaum E, Medalia G, Horn G, Smorodinsky NI, Brenner B, & Carmon L (2011). ImMucin: a novel therapeutic vaccine with promiscuous MHC binding for the treatment of MUC1-expressing tumors. Vaccine, 29 (29-30), 4676-86 PMID: 21570434
Finn OJ, Gantt KR, Lepisto AJ, Pejawar-Gaddy S, Xue J, & Beatty PL (2011). Importance of MUC1 and spontaneous mouse tumor models for understanding the immunobiology of human adenocarcinomas. Immunologic research, 50 (2-3), 261-8 PMID: 21717081
Mellstedt H, Vansteenkiste J, & Thatcher N (2011). Vaccines for the treatment of non-small cell lung cancer: investigational approaches and clinical experience. Lung cancer (Amsterdam, Netherlands), 73 (1), 11-7 PMID: 21474197
Silvia von Mensdorff-Pouilly, Maria Moreno, & René H. M. Verheijen (2011). Natural and Induced Humoral Responses to MUC1 Cancers : 10.3390/cancers3033073

2 comentarios:

  1. Pues como tú, hay que coger la noticia con pinzas y con más razón si su origen proviene de la industria farmacéutica. Lamentable que ese origen sea un motivo de desconfianza.

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  2. Gracias por tu comentario Mariam... espero poder escribir pronto un articulo sobre una vacuna que realmente es util para algun tipo de cancer gracias a la investigacion hecha por investigadores e industria farmaceutica :-)

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