Artículo publicado originalmente en Amazings.es
Hoy en día la investigación está pasando por un periodo de vacas flacas. No solo en España sino también en Europa o incluso en Estados Unidos. Últimamente cada vez que lees un periódico hay alguna noticia sobre los recortes económicos en investigación: impagos en universidades como la de Castilla la Mancha, congelación de planes de investigación para utilizar el dinero en el pago de gastos corrientes como en la de Cartagena o los despidos masivos del ERE del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia que hasta ha llamado la atención de revistas científicas internacionales como Nature. No es un buen momento para conseguir financiación para hacer investigación, y si se consigue es menor que la que se necesitaría.
Así, en tiempos de crisis hay que poner a funcionar el ingenio. Hay que buscar nuevas formas de conseguir lo que necesitas. Y eso es lo que hicieron dos investigadores americanos: Jarret Byrnes y Jai Ranganathan. Cansados de que en EEUU se recortase la inversión en investigación un 20% y sin embargo se llegara a financiar hasta un 135% la estatua de RoboCop en Dretroit idearon un experimento (deformación profesional) para conseguir fondos para la investigación: el reto SciFund. Una iniciativa que consiste en usar un método ampliamente usado por las charities (especie de ONGs/fundaciones que existen por ejemplo en EEUU o Reino Unido) y que consiste en recaudar fondos a través de pequeñas donaciones personales (crowdfunding), para financiar proyectos de investigación específicos.